CONFIANZA SANA VERSUS NARCISISMO DESTRUCTIVO
por Horacio Krell*

Autoestima y confianza: semejanzas y diferencias
La autoestima es la base de una estructura psicológica sana: permite relacionarse armónicamente con el entorno y sentirse bien con uno mismo. Suele confundirse con la confianza, pero conviene distinguir: la autoestima es la valoración emocional del propio ser, mientras que la confianza es la creencia en la capacidad para actuar. Una autoestima equilibrada genera una confianza realista; un exceso de confianza sin base, en cambio, se convierte en narcisismo. ?Autoestima es el equilibrio entre el amor propio y la realidad?
Las heridas narcisistas de la humanidad
A lo largo de la historia, la humanidad sufrió golpes a su vanidad. Copérnico mostró que la Tierra no era el centro del universo. Darwin demostró que el hombre no era superior al resto de las especies. Freud reveló que la mente está dominada por lo inconsciente. McLuhan sumó la cuarta herida al mostrar cómo la tecnología termina condicionando la conducta humana. Y Huxley anticipó al hombre feliz de ser esclavo de
sus deseos. Cada herida nos quitó certezas, pero nos acercó a una visión más realista de nosotros mismos.
Narcisismo: cuando la imagen reemplaza al ser
El narcisismo es una energía vital infantil, natural, pero que puede estancarse en una necesidad enfermiza de admiración. El mito de Narciso lo ilustra: enamorarse de la propia imagen lleva al aislamiento y la muerte simbólica. El narcisista busca halagos, pero su aparente seguridad esconde una autoestima frágil, sostenida por la vanidad y el
miedo al vacío. Una sociedad narcisista, gobernada por egos inflados, termina enferma.
Compararse: la trampa del radar social
La autoestima se deforma cuando vivimos comparándonos con los demás, como si usáramos un radar externo en vez de una brújula interior. En lugar de buscar ser uno mismo, se actúa para agradar. La comparación constante con ídolos del consumo o figuras idealizadas nos aleja de nuestro genio interior. El verdadero crecimiento ocurre
cuando aceptamos nuestra humanidad imperfecta, y nos tratamos con afecto.
Educar para descubrir al genio interior
El sistema educativo rara vez ayuda a fortalecer la autoestima. Se enfoca en repetir contenidos en lugar de despertar talentos. La inteligencia vocacional, que da sentido a la vida, debería ser central. No basta con conocer la vocación; hay que desarrollarla. La teoría de las inteligencias múltiples nos recuerda que cada uno tiene potencial, pero
necesita condiciones para florecer. El genio se pierde si no se cultiva.
Autoestima como activo personal y social
La autoestima no solo mejora la vida individual; también impacta en el entorno. Una persona segura crea vínculos más sanos, delega, escucha, promueve la autonomía. En cambio, quien no se valora vive a la defensiva, sin iniciativa ni compromiso. Las organizaciones también necesitan autoestima: deben alentar el aprendizaje, permitir
errores, reconocer logros y actuar con coherencia.
Conclusiones: la confianza que vale
? Una autoestima sana se traduce en una confianza basada en hechos, no en ilusiones.
? La falta de confianza hace que se pierdan oportunidades.
? El exceso de confianza impide ver errores y limita el aprendizaje.
? La confianza razonable requiere autoconocimiento, método y feedback.
? Compararse menos, escucharse más.
? Liderar no es imponer, sino ayudar a que el otro encuentre su propio valor.
? La autoestima social surge cuando ayudamos a los demás a valorarse, porque el
bienestar es contagioso.
Epílogo: el arte de conocerse
El desafío actual es dejar de vivir desde el ?parecer? para vivir desde el ?ser?. La autoestima no se construye con aplausos ni comparaciones, sino con autenticidad, vocación, método y una escucha interna. Ser uno mismo en un mundo que empuja a ser copia es, quizás, el mayor acto de confianza.
*Director de Ilvem. Mail de contacto horaciokrell@ilvem.com o +5491154224742