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SERENDIPIDAD. LA FÓRMULA PARA APROVECHAR EL AZAR

por Horacio Krell*




????SERENDIPIDAD. LA FÓRMULA PARA APROVECHAR EL AZAR


El rey Serendipo educaba a sus tres hijos para que aprendieran a gobernar el reino en el futuro aprovechando los sucesos cotidianos. Los príncipes debían viajar y prestar atención a lo nuevo. Así descubrían cosas que no buscaban y las analizaban antes de seguir con su viaje. Aprender a hacer es una de las A de la educación, junto con las de aprender a ser, a aprender y a convivir. Los príncipes navegaban dejando que el azar ordenara sus vidas. En una ocasión, los príncipes hallaron un camello perdido y, por las huellas que dejó en la arena, dedujeron que estaba cargado con mantequilla y miel. Luego encontraron al dueño del camello, que lo había perdido.

El término serendipidad o buena fortuna alude a los hallazgos por azar. El éxito no es casual, requiere viajar creativamente, provocando el azar y atraer así, indirectamente, a la buena suerte.

Es decir que se puede navegar por la vida sin meterse en problemas, sin descubrir ni interesarse por nada o haciendo de cada instante una oportunidad. Los creadores de la buena suerte sienten curiosidad por todo, tienen apertura mental y una perseverancia obsesiva.

Si la curiosidad se mantiene ante lo desconocido surge la idea de cómo solucionarlo, la idea se convierte en plan y el plan en logro. Y por arte de magia las soluciones aparecen.

A lo largo de la historia se dieron muchos ejemplos de serendipia:

El estetoscopio: Antes del estetoscopio, los médicos colocaban su oído directamente sobre el pecho del paciente para escuchar cómo sonaba por dentro. Fue gracias a la casualidad que el médico francés René Laennec inventó el estetoscopio en 1816. Laennec estaba examinando a una mujer con problemas cardíacos y se sintió incómodo al tener que colocar su oído sobre su pecho. Entonces, enrolló un trozo de papel y lo colocó entre su oído y el pecho de la mujer. Descubrió que podía escuchar los sonidos del corazón con mayor claridad.

El Viagra: Fue descubierto por casualidad mientras se investigaba un fármaco para controlar la hipertensión arterial. Los investigadores descubrieron que el fármaco no era efectivo para tratar la hipertensión, pero sí tenía un efecto secundario inesperado: mejoraba la función eréctil. 

La penicilina: La penicilina fue descubierta por Alexander Fleming cuando notó que una placa de cultivo de bacterias había sido contaminada por un hongo. Notó que las bacterias cercanas al hongo habían muerto y dedujo que el hongo producía una sustancia antibacteriana. 

El azar es un suceso imprevisto y repentino. El secreto es hacerlo jugar a nuestro favor. 

Hacer de la casualidad, la causalidad del éxito implica saber responder ante lo nuevo o poder mirar lo viejo con una mirada distinta. Si el azar que es el antecedente inmediato de la buena suerte nunca llega, hay que cambiar el modo de contactarse con la realidad.

En lugar de esperar que las cosas ocurran -haciendo más de lo mismo o actuando cuando el problema es evidente- hay que generar el cambio, explorando, investigando y generando en modo proactivo las condiciones para que los sucesos favorables se reproduzcan una y otra vez.

El espectador espera que los hechos sucedan, el protagonista logra que las cosas ocurran.

La educación de la creatividad y de la innovación. La ventaja competitiva de una Nación no vendrá de lo bien que se enseñe la multiplicación y las tablas, sino de lo bien que se sepa estimular la imaginación y la creatividad. Singapur brinda un bello ejemplo de cómo sus habitantes aprovecharon el azar para salir de la esclavitud y la pobreza.

Hace cuatro décadas Gran Bretaña la liberó como colonia y nadie la quiso adoptar. Sus habitantes hicieron de la educación su política de estado. Hoy es el noveno de los países más ricos. Hace cuatro décadas su población era analfabeta. Hoy es líder en capacidad de lectura.

No tiene recursos naturales. ¿Cómo lo hizo? Convirtió su sistema educativo en una meritocracia que produce trabajadores calificados y exporta productos de alta tecnología.

Sus estudiantes son derivados a secundarias vocacionales que canalizan sus capacidades. Al finalizar una etapa, rinden examen y según el resultado se brindan carreras para todos.

Los países tienen universidad pero no escuelas vocacionales. El secreto de Singapur es su sistema educativo. Sus estudiantes triunfan en las pruebas internacionales. Los billetes de otros países muestran imágenes de próceres, los de Singapur un aula y se lee: ?Educación?.

¿Dónde está en muchos países el conocimiento que se perdió con la información? Y ¿dónde está la sabiduría que se perdió con el conocimiento?

Dos fuerzas poderosas operan sobre el cerebro. Una lleva a superarse y a aprovechar mejor los sucesos imprevistos. La otra busca conservar la energía. La ley del menor esfuerzo aplica la ley de Murphy: lo que puede salir mal va a salir mal. Entonces se prefiere no hacer nada. Si triunfa esa fuerza pasiva el sujeto opera al 10% de su capacidad potencial. Si vence la fuerza creativa comienza por entrenar la mente y hacer crecer el empowerment, el poder interior. 

Los pensadores originales son fantásticos en las crisis que provocan los cambios repentinos. Steve Jobs, el fundador de Apple era muy creativo, pero decía: ?No me puedo adjudicar el crédito de las ideas que tengo porque simplemente me llegan?.

La educación debería promover el sacar partido del azar. Los niños no saben cómo funciona el mundo y no están sujetos a los lazos restrictivos, por eso son los mejores creadores. Pero las escuelas quieren que se callen y se concentren, que es lo opuesto a lo que la creatividad exige.

También el azar puede solucionar los problemas económicos de un pueblo:

Un billete de 100 dólares salvó al pueblo de la crisis que lo venía golpeando. Todos tenían deudas y vivían del crédito. Pero llegó un turista extranjero al único hotel del lugar. Pidió una habitación, sacó un billete de 100 u$s y fue a recorrer el hotel. El dueño del hotel tomo el billete y ni lento ni perezoso corrió a pagar su deuda con el carnicero quien velozmente fue a pagarle al criador de cerdos quien se lo llevó al almacenero. Este toma el billete al vuelo y corre a liquidar su deuda con la prostituta a la que hace tiempo que no le paga. En plena crisis ella ofrece servicios a crédito. Entonces con el billete en mano, va al pequeño hotel donde lleva a sus clientes y deja el billete en la recepción. En este momento baja el turista y le dice que no le gusta ninguna habitación, toma el billete y se va. Nadie ha ganado un centavo, pero ahora toda la ciudad vive sin deudas y mira el futuro con confianza

Aprender a desaprender. Un grupo de científicos colocó a 5 monos en una jaula y en el centro colocaron una escalera y sobre ella una canasta con bananas. Si un mono subía los científicos le arrojan agua helada al resto. Si alguno se atrevía a subir los demás le pegaban. Un día cambiaron a un mono. El nuevo quiso subir pero lo bajaron. Se cambiaron otros y pasó lo mismo. El último fue sustituido y quedaron cinco que no recibieron castigos ni agua helada pero que seguían golpeando al que quería bananas. Si pudieras preguntarles por qué lo hacían, la respuesta sería: no sé, las cosas siempre se han hecho así aquí

¿Suena conocido? ¿Por qué se usa el 10% la capacidad? De niños se forman los hábitos que luego nos forman. Se pierde el sentido de lo importante y se actúa sin tomar conciencia. Un paradigma es un modo de ver y cuando se instala no se critica. Igual que la excusa es invisible y como el cristal con que se mira dura hasta que se rompe. La solución es aprender a desaprender.

Desaprender un modo de ver que nos impide observar lo que está al alcance de nuestros ojos.

El cisne negro. También en el conocimiento la rutina lleva al error. Hasta el siglo XVII todos los cisnes conocidos eran blancos. Pero se descubre Australia y con eso el cisne negro aparece en la escena. Y hasta generó la teoría económica del Cisne negro como un hecho fortuito de gran repercusión, de probabilidad remota y que genera el efecto sorpresa.

La teoría explica el problema que implica el alto impacto y lo difícil de predecir de sucesos extraños alejados de las expectativas normales. Y no se puede computar la probabilidad de ocurrencia. Son sucesos de gran magnitud y consecuencias, hechos  atípicos y extremos, juegan roles más grandes que los sucesos regulares.

El pavo inductivo. Esta historia alerta sobre los peligros de obtener conclusiones basadas sólo en observaciones, por muchas que sean. El pavo cenaba a las nueve y al tratarse de un pavo inductivo esperó tener un elevado número de observaciones antes de llegar a una conclusión.

El pavo tomó una gran variedad de circunstancias, desde distintos días de la semana, diversas estaciones del año y tipos de clima; hasta que llegó la conclusión de que ?siempre comería a las nueve de la noche?. Sin embargo, y aquí termina la historia, en la víspera de la Navidad, en vez de darle comida, le cortaron el cuello, y se lo comieron a él. Así se muestra la irracionalidad de la inducción tomada como único criterio. No importa cuántos resultados sean verdaderos, pueden llevar igualmente a una predicción falsa, la ausencia de prueba no es prueba de ausencia.

Tener la mente abierta. Esto permite sostener una especie de final inconcluso. Entonces lo previsible puede dar lugar a lo imprevisible. Lo raro requiere de lo frecuente para irrumpir.

Lo inusual prospera en el suelo de la costumbre. Veamos como en un sueño puede aparecer la solución a un problema que no se podía resolver en la rutina.

El ?Principio de Arquímedes?: todo cuerpo sumergido experimenta un empuje igual al peso del líquido que desaloja. Hierón, monarca de Siracusa, entregó a un joyero oro y plata para hacer una corona. Pero desconfió de su honradez y pidió a Arquímedes que lo investigara, pero con su saber no halló la solución. Un día al dormirse en la bañera, el agua se derramó y le produjo una asociación repentina. Se despertó sobresaltado y dedujo que, ante la resistencia del agua, el cuerpo parece pesar menos. Tal fue su excitación que salió desnudo al grito de ¡Eureka! ¡Lo encontré! Pesó la corona en el aire y en el agua comprobando que su densidad no era la que hubiera resultado si el joyero hubiese usado todo el oro y toda la plata. Así comprobó la estafa.

Si Dios quiere. La distinción no muy nítida entre semana laboral y fin de semana aspira a diferenciar las imposiciones de lo obligatorio a las libertades de lo placentero, propias del sábado y domingo. En el fin de semana no reina la rutina y se vuelve inquietante por no saber qué hacer con esa libertad en el tiempo incondicionado. Puede resultar de un vacío, de la ausencia de un proyecto capaz de hacer gozar del tiempo libre. Y de ahí el anhelo de volver al lunes y que sus exigencias nos pongan a resguardo. Lo imprevisible, homologado con el desorden, acosa y erosiona el equilibrio que la cultura se empecina en asegurar.

Nada más ilusorio que lo idéntico. Nunca nos bañamos dos veces en el mismo río porque el agua no es la misma y nosotros tampoco. El pintor Paul Cézanne pintaba un único paisaje pero la luz nunca era la misma y ese paisaje era siempre inédito por detrás de su apariencia estable.

Por el contrario muchas vidas se consumen en convivencias forzadas, en silencios no fecundos; en soledades padecidas de las que hay que liberarse como sea. Vidas con recursos económicos pero privadas de alegría, de encuentros luminosos o de la emoción agradecida de vivir.

La rutina de la reiteración de los males pasados impide que surjan los tiempos de crecimiento y de aptitud para la innovación. Eso lo hace previsible, en el peor sentido. El cerebro puede cambiarse a sí mismo, nada es irreversible. Superarse exige la práctica de otra rutina. Así como el mal se incuba antes de irrumpir, los aciertos deben empezar por ser incipientes, parciales y esporádicos para luego ser abarcadores, sostenidos e interdependientes.

Neurobics. Las neuronas crean cadenas. Si se convierten en hábitos el cerebro las recorre sin gastar energía. Por el contrario aprender algo crea neurorutas nuevas. Los circuitos del cambio se activan. Para evitar el condicionamiento, los lóbulos frontales son los agentes de la libertad. 100.000 millones de neuronas pueden convocarse al instante.

En la década del cerebro se pudo observar qué hace el cerebro cuando piensa mediante neuroimágenes y con ejercicios se investigaron sus efectos. La gimnasia neuronal es para el cerebro lo que la aeróbica para el cuerpo y lo entrenan como a los músculos.

Neurobics y Aerobics logran un cuerpo sano en mente sana. Para aprender a crear la buena suerte aprovechando los sucesos de la vida cotidiana se debe realizar un entrenamiento cognitivo para evitar el hábito negativo de no ver nada nuevo en la cotidianidad.

Como dijo Pasteur, el azar solo favorece a las mentes preparadas.

*Director de Ilvem. Mail de contacto horaciokrell@ilvem.com o al +54911542247 42.